jueves, 10 de abril de 2008

El papel de los padres y educadores ante el fenómeno televisivo.

Somos conscientes de que hoy en día la televisión (y así mismo el cine) juegan un papel fundamental en nuestras vidas, y se ve como el hecho más normal del mundo que sea imprescindible para nosotros. Llega a ser tan importante que condiciona nuestras vidas en gran medida, incluyendo así el desarrollo del proceso de socialización de nuestros niños y niñas. Dentro de este proceso la televisión tiene un papel fundamental, debido a que cada vez más los niños desde muy pequeños, pasan gran parte de su tiempo sentados frente al televisor y adquiriendo así valores, comportamientos, actitudes, pensamientos, ideas del mundo que les rodea, sonidos e imágenes que inundan y alteran su forma de percibir el entorno.
Sobre esto, quiero destacar dos ideas.
En primer lugar, debemos ser conscientes de la influencia que este fenómeno televisivo tiene en los niños. Sin ir más lejos, no es raro que un niño deje de jugar o reduzca el tiempo de estar con los amigos para sentarse delante del televisor o del ordenador. Cada vez se va reduciendo más el tiempo que dedican al juego, a cosas más productivas que le pueden aportar mayores beneficios.
Sobre esto, los adultos que rodean al niño tienen mucho que ver. Son ellos los que deben administrar ese tiempo, e intentar estimularlos a hacer otras cosas que en muchos casos, los pequeños desconocen totalmente (juegos más tradicionales, leer, etc.) Aún así, el ver la televisión no se puede eliminar por completo de las actividades diarias, pero sí debe controlarse. Contadas son las veces que un padre, madre o cualquier adulto se sienta con el niño a ver la televisión, ya que por norma general, cuando un niño está frente al televisor, se encuentran únicamente él y la televisión. Por lo tanto, ¿con quién comparten estos momentos? ¿qué tipo de programas ven? ¿tienen los programas infantiles un carácter realmente educativo? La respuesta, como podemos imaginar, es negativa en la mayoría de los casos. Algunos estudios así lo han demostrado, como por ejemplo los datos de audiencia del año pasado, que muestran que los programas mas vistos por los niños fueron: Pelopicopata, Arrayán, Los hombres de Paco, Los Simpsons y Mirmo. De éstos, tan solo dos (Mirmo y Pelopicopata) son infantiles.
Respecto a las películas “infantiles”, citando el caso de Walt Disney por ejemplo, vemos que no son perfectas, al estar llenas de tópicos anticuados y fomentar el consumismo irracional.
Cuando un niño ve la televisión, hay que pensar junto a él qué está viendo, qué nos quiere decir, qué ideales posee y qué grado de moralidad tiene. En la variedad está el fomentar y desarrollar la imaginación de nuestros niños y niñas. Sentarse con nuestros niños a ver la tele y hablarles es muy difícil después de un día de trabajo, pero es nuestra responsabilidad como padres y madres. Educarles es conseguir que piensen por sí mismos y sean capaces de decidir de forma coherente con sus ideas. La televisión puede ser muy positiva si la usamos como medio de educación y no como fin”.
Parece que la sociedad tiene olvidado que la televisión es educativa, o que el poder de ésta debe utilizarse con fines más didácticos, ya que es un agente muy importante en la socialización cultural de nuestros niños y niñas.

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